La quinoa es una gran fuente de proteínas y, precisamente por eso, es una buena elección para las personas que siguen una dieta vegana o que está restringida debido a condiciones médicas. Sin embargo, es importante que le echemos un vistazo a la tabla nutricional de la quinoa y que la compararamos a la de la moringa.
Información extraída de la base de datos del ministerio de agricultura de EEUU.
Tabla nutricional comparativa por cada 100g de alimento:
Nutriente | Moringa | Quinoa |
Proteínas | 9.4 g | 4.4 g |
Calcio | 185 mg | 17 mg |
Hierro | 4 mg | 1.49 mg |
Vitamina C | 51.7 mg | 0 mg |
Como se puede ver en la tabla, la moringa tiene mucha más concentración de proteínas, calcio, hierro y vitamina C, por no hablar de que también la supera en vitamina A, riboflavina, niacina y vitamina B-6. La moringa no tiene colesterol, ni gluten, aunque el contenido de gluten en la quinoa es muy bajo y muchas personas intolerantes la pueden tomar sin problemas.
Si te gusta la quinoa, ¿por qué no añadirle un poco de moringa para convertirla en un superalimento? Mira esta receta:
Arroz rojo con ensalada de naranja, quinoa, pistachos y moringa
Ingredientes
- 1 cucharada de polvo de moringa
- 1 1/2 cucharadas de piel de naranja rayada
- 1 vaso de quinoa
- 1 vaso de arroz rojo de Camarga (Puedes utilizar arroz integral si no consigues este tipo de arroz)
- 1/4 vaso de aceite de oliva extra virgen
- 1/2 cebolla cortada fina
- Sal y pimienta recién molida
- 1/3 vaso de zumo de naranja natural
- 1 cucharada de zumo de limón exprimido
- 1 diente de ajo cortado en trocitos pequeños
- 1/2 vaso de albaricoques deshidratados. Córtalos en daditos pequeños.
- 1/2 vaso de pistachos tostados triturados
- 4 cebolletas cortadas finas
- 2 vasos de rúcula
Preparación
- Pon dos ollas con agua y sal a hervir. Añade la quinoa en una de ellas y el arroz rojo en la otra. Cubre las ollas y deja que se cocinen a fuego lento durante alrededor de 12 minutos en el caso de la quinoa y alrededor de 35 para el arroz. Ten en cuenta que los periodos de cocción pueden variar según el tipo de grano y la potencia del fuego. Cuando están hechos, sécalos y ponlos en un papel especial para horno.
- Añade moringa en polvo.
- En una sartén mediana, calienta una cucharada de aceite de oliva. Añade la cebolla y sazona con sal y pimienta. Cubre y cocina a fuego moderado mezclando de vez en cuando hasta que cobre un color marrón. Deja que se enfríe.
- En un bowl grande, combina todos los ingredientes y mézclalo todo bien.
¡Buen provecho!